La resiliencia es el proceso de adaptarse bien ante la adversidad, el trauma, la tragedia, las amenazas o las fuentes significativas de estrés, como los problemas familiares y de pareja, los problemas graves de salud o las tensiones laborales y financieras.
Ser más resiliente no sólo te ayuda a superar las circunstancias difíciles, sino que te permite crecer e incluso mejorar tu vida por el camino. A continuación tenemos 7 consejos para desarrollar tu resiliencia.
1. No te quedes con el pensamiento negativo
Sé que es mucho más fácil decirlo que hacerlo, pero es cierto que si podemos controlar nuestros pensamientos, especialmente los negativos, podemos emprender acciones positivas. No sólo tenemos pensamientos negativos que nos mantienen preocupados y ansiosos, sino que tememos el resultado negativo. Tememos lo peor.
De algún modo, creemos que pensar en todo lo que puede ir mal nos ayudará a encontrar una solución. No es así. A menudo estamos tan atrapados en el pensamiento negativo que es todo lo que hacemos, estamos pensando en ello, no haciendo nada al respecto. No determines cuál será el resultado, especialmente si piensas lo peor. Lo mejor puede ocurrir igualmente. Pensar en lo peor puede aumentar tu estrés y desgastarte.
2. Comprende tus puntos fuertes
Sepa que puede resolver sus problemas. Felicítese por haber aprendido de los problemas del pasado. Reconoce que tienes las habilidades necesarias para superarlos y no evites los retos. Celebrar tus éxitos ayuda a crear un aire positivo, dejando de pensar en las cosas que no han ido bien.
3. Aprecia la interacción social
La familia y los amigos pueden proporcionar el estímulo necesario. En el lugar de trabajo, encuentre un mentor que le escuche y le sugiera opciones para darle opciones y hacerle sentir que hay alternativas.
Conectar con personas empáticas y comprensivas puede recordarte que no estás solo en medio de las dificultades. Concéntrese en encontrar personas de confianza y compasivas que validen sus sentimientos, lo que apoyará la habilidad de resiliencia.
4. Crea objetivos
Establezca objetivos razonables que pueda cumplir con regularidad, tal vez cosas que pueda hacer fácilmente a corto plazo. Pueden ser proyectos creativos, cosas que hagas por placer y diversión, o pueden ser proyectos en torno a tu casa, o proyectos en torno a tu rutina de salud, o cosas que hacer para devolver a la comunidad. Hay una gratificación inmediata en el hacer y en el completar. Ayudar a los demás a menudo también te hace sentir bien.
5. Pasa a la acción
Esto se aplica tanto a los objetivos que creas para ti mismo como a la toma de medidas decisivas para hacer frente a los problemas que desearías que no existieran. Afrontar los problemas y las cuestiones de frente te permite saber que estás a cargo y en control incluso de la situación más difícil, independientemente del resultado.
Al pasar a la acción, sabes que eres capaz de hacer algo para mitigar el problema. Avanzar en la acción te permite realizar incluso la tarea más pequeña y, con el tiempo, cada una de estas pequeñas tareas se suma a la realización de la tarea mucho más grande que tienes entre manos.
6. Cuida de ti mismo
Cuando estamos estresados, preocupados y ansiosos, es fácil que tengamos la tendencia a descuidarnos. Por el contrario, es esencial que sigas cuidando de ti mismo y de tu propio bienestar lo mejor que puedas.
Promover factores positivos en el estilo de vida, como una nutrición adecuada, dormir lo suficiente, hidratarse y hacer ejercicio con regularidad, pueden fortalecer el cuerpo para adaptarse al estrés y reducir los efectos de emociones como la ansiedad o la depresión.
7. Practica la atención plena
Llevar un diario consciente, practicar yoga y otras prácticas espirituales, como la meditación, también pueden ayudar a las personas a establecer conexiones y restaurar la esperanza, lo que puede prepararlas para enfrentarse a situaciones que requieren resiliencia.
Cuando lleves un diario o medites piensa en los aspectos positivos de tu vida y recuerda las cosas por las que estás agradecido, incluso durante los momentos difíciles personales.