Si quieres mejorar tu agilidad mental, en este post aprenderás 8 formas de lograrlo.
1. Leer más
La lectura es un gran ejercicio para el cerebro. Los beneficios son variados e impresionantes. La lectura ayuda a aliviar el estrés y mejora la capacidad de funcionamiento cognitivo. Es entretenido, ayuda a aumentar la empatía y puede incluso mejorar la memoria.
Así que, aunque sea tentador relajarse mirando las redes sociales en el teléfono durante el tiempo de inactividad, prueba a coger un libro.
La lectura puede ayudar a proteger la memoria y las habilidades de pensamiento, especialmente cuando empiezan a disminuir con la edad. La lectura ralentiza este declive al mejorar la flexibilidad mental en general y mantener en funcionamiento partes importantes del cerebro.
Una investigación de la Universidad de Liverpool descubrió que los escáneres cerebrales de personas que habían leído poesía recientemente mostraban una mayor actividad y conectividad.
2. Centrarse en encontrar muchas soluciones posibles, no sólo la mejor
Parte de la razón por la que puede ser difícil pensar con la cabeza es que quieres hacer un buen trabajo y dar la respuesta «correcta». Si te centras demasiado en encontrar la mejor solución, pones el listón muy alto. En su lugar, empieza con una lluvia de ideas. Permítete pensar en todas las respuestas o soluciones potenciales que puedas para un reto.
Un estudio de 2011 evaluó los niveles de pensamiento divergente de la gente pidiéndoles que idearan tantos usos como pudieran para un clip. Algunos pueden idear 10 o 15 usos. Pero otros generaron una lista cercana a los 200.
Este ejercicio puede ayudarte a perfeccionar tus habilidades de pensamiento divergente. Practica cómo se te ocurren múltiples respuestas -no sólo una- cuando se te presentan desafíos. Cuanto más lo hagas, más fácil te resultará.
3. Haz ejercicio
El ejercicio regular está relacionado con una serie de beneficios físicos e intelectuales. Aumenta tu energía, mejora tu estado de ánimo y te ayuda a dormir bien por la noche. Si quieres potenciar tu agilidad mental, comprometerte a hacer más ejercicio es un gran paso.
Su rutina de ejercicios no tiene que ser extenuante para que se beneficie. De hecho, los estudios han demostrado que caminar sólo tres kilómetros al día, cinco veces por semana, reduce el riesgo de demencia. Y estar en la naturaleza también ayuda a relajar y agudizar la mente. Aumenta el estado de ánimo, la concentración y el bienestar general.
Muchas personas viven en zonas urbanas donde pasar tiempo en la naturaleza requiere un pequeño esfuerzo. Planear estar al aire libre, haciendo ejercicio, durante tu tiempo libre puede hacer maravillas para tu agilidad mental. Pruébalo y comprueba si notas algunos efectos positivos.
4. Cuida tu energía mental
Otra forma estupenda de potenciar tu energía mental es aprender a ser más cuidadoso con la forma en que la gastas. Gasta tu energía mental sabiamente. No la desperdicies rumiando cosas que no puedes controlar.
El pasado ha terminado y no hay nada que puedas hacer al respecto. Y tampoco puedes controlar lo que hacen o piensan los demás. Así que, en lugar de gastar tu tiempo y energía preocupándote por cosas que no puedes hacer, céntrate sólo en las que puedes controlar. Estarás mejor preparado para el futuro si inviertes tu energía en encontrar soluciones y hacer preparativos.
Hacer un esfuerzo consciente para cambiar tu enfoque no es tan difícil como parece. Cuanto más practiques la protección de tu energía mental, más fácil te resultará. Cuando te alejes de pensar en cosas que has considerado una pérdida de tiempo, empezarás a formar hábitos nuevos y más saludables.
5. Prueba cosas nuevas
Quedarse en la zona de confort puede ser relajante y reparador, y sin duda hay un momento y un lugar para ello. Sin embargo, es más probable que mejore su agilidad mental si aprende algo nuevo de vez en cuando. Probar cosas nuevas puede ayudar a prevenir los problemas de memoria en los adultos mayores, pero aprender nuevas habilidades tiene muchos beneficios, a cualquier edad.
Desafiarse a sí mismo con actividades que ejercitan partes totalmente diferentes de su cerebro puede ayudarle a mantenerse agudo. Por ejemplo, si le gusta hacer crucigramas, siga haciéndolo. Pero también puedes aprender ajedrez, sobre todo si es algo que siempre has querido hacer. Si te gusta leer, prueba a coger un libro de un género diferente. También puedes apuntarte a una clase de cocina o aprender a practicar un nuevo deporte. Empujarte a hacer cosas nuevas puede ayudarte a potenciar tu agilidad mental.
6. Elimine las distracciones
Tu capacidad de concentración aumenta y disminuye según tu entorno. Es lógico que sea más difícil pensar con claridad cuando te interrumpen todo el tiempo. Sin embargo, los entornos de trabajo en los que abundan este tipo de distracciones siguen siendo la norma. Reducir al mínimo las distracciones puede contribuir en gran medida a aumentar tu capacidad de concentración y tu agilidad mental.
Si es posible, reserve un tiempo y un lugar para trabajar en silencio y concentrado todos los días. No tiene por qué ser mucho tiempo. Incluso una hora de trabajo ininterrumpido puede ser muy útil.
Además, cuando trabajes concentrado, intenta hacer una sola cosa a la vez. La ciencia está clara: la multitarea no funciona. Así que no intentes hacer más cosas haciendo un montón de cosas a la vez. No funcionará. Serás más productivo si te concentras en una sola tarea a la vez.
7. Deja de lado la autoconciencia
Nada mata más rápido la creatividad que la autoconciencia. Es imposible ser creativo cuando te preocupa ser juzgado por los demás. Si quieres que tus habilidades brillen de verdad, tienes que creer en ti mismo.
Las investigaciones demuestran que existe una relación entre la autoeficacia -o la creencia en tu capacidad para realizar tareas específicas- y el rendimiento en el trabajo. Resulta que la forma en que te ves a ti mismo tiene un gran impacto en tu capacidad de aprender y rendir al máximo.
La voz dentro de tu cabeza es más poderosa de lo que crees. Si te dices constantemente a ti mismo que no puedes hacer algo, eso va a tener un impacto. Y lo contrario también es cierto. Así que, si realmente quieres reforzar tu agilidad mental y rendir al máximo en el trabajo, sé consciente de este efecto y utilízalo a tu favor. Si lo haces, estarás mejor equipado para afrontar los retos cognitivos e intelectuales que se te presenten.
8. Obtenga el descanso que su cuerpo pide
Un estudio reciente de la Universidad estadounidense de Rochester ha demostrado que, durante el sueño, unas células cerebrales llamadas glía abren unos canales especiales que permiten eliminar los productos de desecho y la acumulación de tóxicos en el cerebro, incluidas las mismas proteínas que se acumulan en la demencia. Además, mientras dormimos, las conexiones recién formadas -entre neuronas creadas por el aprendizaje que hicimos el día anterior- se consolidan y se hacen más duraderas.
Intenta dormir al menos 7 u 8 horas cada noche. Para los adolescentes, es mejor dormir de 9 a 10 horas. Las siguientes son cosas que puedes probar para ayudarte a relajarte y a dormir bien por la noche:
Una ducha o baño caliente antes de acostarse, un masaje en la espalda, las manos o los pies, música relajante, una habitación fresca y oscura, utilizar la cama sólo para dormir, no para hacer los deberes, ver la televisión o hablar por teléfono.