5 formas de romper un MAL HABITO

Hablemos de hábitos y más importante, de cómo romper los malos hábitos. No importa si tus malos hábitos son fumar, consumir demasiado azúcar, o chismorrear,  Si quieres ser tu mejor yo, sabes que hay ciertos hábitos que debes dejar atrás.

¿Pero cómo? Hay algunas maneras de dejar los malos hábitos, y las repasaré rápidamente a continuación.

1. REEMPLAZAR UN MAL HÁBITO POR UNO BUENO

Muchos científicos han dicho que no es posible eliminar un hábito sino sólo reemplazarlo por otro.

Es algo como dejar de fumar mascando un chicle cada vez que sientes la necesidad de fumar. Así que, si quieres dejar un mal hábito, elige uno bueno para reemplazarlo.

2. ELIMINAR EL DESENCADENANTE DEL HÁBITO

En su libro, Hábitos atómicos, James Clear habla de las cuatro etapas del desarrollo de un hábito, no importa si es bueno o malo: Señal, Antojo, Respuesta y Recompensa.

La señal es cada pedazo de información que nuestro cerebro recoge a nuestro alrededor y predice una recompensa al final de un comportamiento específico.

El Antojo es la necesidad física o psicológica de tener o hacer algo.

La respuesta es cuando seguimos la señal y el anhelo con la acción – realizamos el hábito futuro.

La recompensa – obtenemos la dopamina de satisfacer nuestro anhelo de una manera u otra.

Cada hábito que tienes pasa por este proceso cada vez.

James Clear sugiere que una de las formas de abandonar un hábito es cortar la señal, quitar el gatillo.

Por ejemplo, digamos que intentas comer saludablemente y eliminar la comida basura, los carbohidratos o cualquier alimento alto en calorías.

Sí, pero todos los días pasas por esa pizzería o camión de comida chatarra, y el olor de la comida desencadena todo tipo de antojos en tu cerebro.

Probablemente raramente resistes la tentación y a menudo obtienes algo de ahí. Si quieres eliminar ese mal hábito de darse el gusto de comer comida poco saludable, tal vez tengas que eliminar el desencadenante. Obviamente, no puedes trasladar la pizzería a otro lugar, pero sí puedes caminar al otro lado de la carretera o, si es posible, tomar otra ruta a casa.

De esta manera, has quitado el gatillo. Tu cerebro no conseguirá la señal y la convertirá en antojo.

Problema resuelto.

3. HACER QUE SEA DIFÍCIL DE REALIZAR

Somos perezosos. Vivimos en un mundo que promueve lo fácil que debería ser todo y lo fácil que deberíamos conseguir las cosas. Y mientras que en la mayoría de los casos eso es malo, en algunos casos es en realidad algo muy bueno.

Especialmente cuando tratas de dejar los malos hábitos.

Si un hábito es difícil de realizar, normalmente lo dejaríamos en un rato. Por ejemplo, si decidimos, quiero correr 5 millas todos los días, y nunca lo he hecho antes (¡no lo he hecho!), lo más probable es que a la tercera mañana esté durmiendo en lugar de correr en el parque.

Al mismo tiempo, si quieres levantarte temprano en la mañana, pero siempre presionas el botón de «snooze» demasiadas veces antes de levantarte, tal vez quieras poner tu teléfono al otro lado de la habitación. En este caso, una vez fuera de la cama, será más fácil quedarse despierto que volver a dormir.

Si estás tratando de reducir el tiempo de las redes sociales, intenta eliminar todas las aplicaciones del teléfono e iniciar sesión a través del navegador. Si introduces manualmente tus datos de acceso cada vez, reducirás drásticamente la dopamina en tu cerebro y acabarás usando los medios sociales con menos frecuencia.

4. CELEBRA CADA VICTORIA

¿Cómo romper los malos hábitos para siempre y hacer que nunca vuelvan?

Nunca subestimes el poder de la celebración y la autoestima.

Cada día que no fumas es una victoria. Cada vez que no consigues ese sándwich de comida chatarra es una gran victoria. Cada momento que pasas trabajando en tus sueños en lugar de ver programas reality sin pensar es una gran victoria de crecimiento personal.

Celebren ese día. Táchalo del rastreador de hábitos. Recompénsese aún más. Presume ante tu familia y amigos. También mereces sus elogios.

5. NUNCA TE RINDAS

Es imposible contar cuántas veces he decidido dejar de hacer algo (o empezar a hacer algo), y he fallado. Durante mucho tiempo, me sentí como un fracaso, pero me di cuenta de que el proceso de aprendizaje es lo que construye mi carácter, no el resultado final.

La idea de cambiar tu vida es hacerlo sin importar lo que pase, y por eso, a menudo significa repasar tus propias viejas creencias, comportamiento tóxico, malos hábitos, mal cuidado personal y amor propio.

El punto de todo lo que logramos no es sólo marcarlo en una lista, sino permitir que nos mejore, que nos cambie para siempre.

Así que no te rindas si vuelves a ese viejo mal hábito. Empieza de nuevo. ¿Qué otras opciones tienes si realmente quieres mejorarte a ti mismo y a tu vida?.

Deja un comentario